¿Te gustan las albóndigas con tomate? Seguro que sí, porque son uno de los platos más clásicos y reconfortantes de la cocina española. Las albóndigas con tomate son unas bolitas de carne molida con ajo y perejil, que se fríen y se cocinan en una salsa de tomate casera. El resultado son unas albóndigas tiernas y jugosas, con un sabor intenso y una textura suave.
Las albóndigas con tomate son una forma estupenda de aprovechar las carnes que tengamos en casa, como ternera, cerdo o pollo. Además, son muy fáciles de preparar y se pueden congelar para tenerlas listas cuando queramos.
En este artículo te vamos a enseñar cómo hacer albóndigas con tomate caseras y deliciosas, siguiendo una receta tradicional y sencilla. También te daremos algunos consejos para que tus albóndigas queden perfectas y para que puedas variar el sabor y la textura según tus preferencias. ¿Te animas a probarlas? Pues sigue leyendo y descubre el paso a paso para hacer las mejores albóndigas con tomate del mundo.
Ingredientes para hacer albóndigas con tomate
Para hacer unas 30 albóndigas con tomate aproximadamente, vas a necesitar los siguientes ingredientes:
- 500 g de carne molida (ternera, cerdo o pollo)
- 4 dientes de ajo picados
- 1 cucharada de perejil picado
- 1 rebanada de pan de molde
- 2 cucharadas de leche
- 1 huevo
- Sal, pimienta y nuez moscada al gusto
- Aceite vegetal para freír
- 4 tomates grandes maduros
- 1 cebolla picada
- 2 cucharadas de tomate frito
- 1 hoja de laurel
- 1 cucharadita de azúcar
- Sal al gusto
Cómo hacer la masa de las albóndigas con tomate
El primer paso para hacer las albóndigas con tomate es preparar la masa, que se compone de carne molida con ajo y perejil. Para ello, sigue estos pasos:
- En un tazón, remoja la rebanada de pan de molde con la leche hasta que se ablande. Desmenuza el pan con un tenedor hasta obtener una pasta.
- Añade la carne molida, dos dientes de ajo picados, el perejil, el huevo, la sal, la pimienta y la nuez moscada. Mezcla bien con las manos hasta integrar todos los ingredientes.
- Forma bolitas del tamaño de una nuez con la masa y colócalas en una bandeja o un plato grande. Reserva.
Cómo hacer la salsa de tomate
El segundo paso para hacer las albóndigas con tomate es preparar la salsa, que se compone de tomate natural y tomate frito. Para ello, sigue estos pasos:
- Lava y pela los tomates. Córtalos en trozos pequeños y ponlos en una olla con agua. Ponlos a cocer a fuego medio-alto hasta que estén suaves.
- Escurre los tomates y ponlos en la licuadora junto con el azúcar y una pizca de sal. Licúa hasta obtener una salsa lisa y sin grumos.
- Calienta un poco de aceite en una cacerola a fuego medio-alto y sofríe la cebolla y los otros dos dientes de ajo picados hasta que estén blandos y transparentes.
- Añade el tomate frito y la hoja de laurel y deja que hierva. Baja el fuego y cocina la salsa durante unos 15 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que espese un poco.
Cómo freír las albóndigas con tomate
El último paso para disfrutar de unas deliciosas albóndigas con tomate es freírlas en aceite caliente y cocinarlas con la salsa. Para ello, sigue estos pasos:
- Pon una sartén al fuego con abundante aceite vegetal. Cuando el aceite esté caliente, fríe las albóndigas en tandas pequeñas, sin sobrecargar la sartén, para que no se bajen la temperatura del aceite ni se peguen entre sí.
- Fríe las albóndigas durante unos minutos por cada lado, hasta que estén doradas y cocidas por dentro. Saca las albóndigas con una espumadera y ponlas sobre papel de cocina, para que absorba el exceso de aceite.
- Sirve las albóndigas en una fuente o una cazuela y cúbrelas con la salsa de tomate. Deja que se calienten un poco y disfruta.
Cómo acompañar las albóndigas con tomate
Las albóndigas con tomate son un plato muy versátil que se puede servir como aperitivo, entrante o plato principal. Aquí te damos algunas ideas para acompañarlas y disfrutarlas al máximo:
- Si quieres servir las albóndigas con tomate como aperitivo o entrante, puedes presentarlas en una fuente o en platos individuales, con unas hojas de lechuga, unos tomates cherry o unos palillos para pincharlas. También puedes ofrecer diferentes salsas para mojarlas, como alioli, mayonesa o mostaza.
- Si quieres servir las albóndigas con tomate como plato principal, puedes acompañarlas de un puré de patatas, unas patatas fritas, un arroz blanco o una pasta corta. Así tendrás un plato completo y equilibrado.
- Si quieres variar el sabor y la textura de las albóndigas con tomate, puedes añadir otros ingredientes a la masa o a la salsa. Por ejemplo, puedes mezclar la carne con queso rallado, jamón picado, espinacas cocidas o lo que se te ocurra. También puedes usar otros tipos de tomates, como cherry, pera o asados, para darle un toque diferente a la salsa.
Consejos para hacer unas albóndigas con tomate perfectas
Hacer albóndigas con tomate no es difícil, pero sí requiere un poco de paciencia y práctica. Aquí te damos algunos consejos para que te queden perfectas:
- Elige una carne de buena calidad y molida finamente. Puedes usar ternera, cerdo o pollo, o una mezcla de dos o tres tipos de carne. Lo importante es que tenga sabor y que no esté seca ni grasosa.
- Pica el ajo y el perejil muy finamente, para que se integren bien con la carne y le den aroma y sabor.
- Usa pan de molde remojado en leche para darle más suavidad y jugosidad a la masa. Puedes usar pan blanco o integral, según tu preferencia.
- Deja reposar la masa en la nevera durante al menos media hora antes de formar las albóndigas. Así se asentarán los sabores y será más fácil de manejar.
- Dale forma a las albóndigas con las manos o con una cuchara. Puedes hacerlas del tamaño y la forma que quieras: redondas, ovaladas o alargadas. Si se te pegan las manos, puedes engrasarlas ligeramente con aceite o mojarlas con agua.
- Fríe las albóndigas en abundante aceite caliente. El aceite debe cubrir las albóndigas por la mitad o por completo, según el tamaño que hayan quedado. Fríe las albóndigas en tandas pequeñas, sin sobrecargar la sartén, para que no se bajen la temperatura del aceite ni se peguen entre sí. Déjalas unos minutos por cada lado hasta que estén doradas y cocidas por dentro.
- Escurre las albóndigas sobre papel de cocina. Así eliminarás el exceso de aceite y evitarás que queden grasientas.
- Pela y trocea los tomates para hacer la salsa. Puedes usar tomates frescos o enlatados, según tu preferencia. También puedes usar más o menos tomate frito, según el espesor que quieras darle a la salsa.
- Sofríe la cebolla y el ajo hasta
- que estén blandos y transparentes antes de añadir la salsa de tomate. Así le darás más sabor y dulzor a la salsa.
- Añade una hoja de laurel y una cucharadita de azúcar a la salsa de tomate. El laurel le dará un toque aromático y el azúcar equilibrará la acidez del tomate.
- Cocina la salsa a fuego lento durante unos 15 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que espese un poco. Si la salsa está muy espesa, puedes añadir un poco de agua o caldo de carne para aligerarla.
- Cómo congelar las albóndigas con tomate
- Si quieres congelar las albóndigas con tomate para tenerlas listas cuando quieras, puedes hacerlo antes o después de freírlas. Te explicamos cómo:
- Para congelar las albóndigas crudas, colócalas en una bandeja o un recipiente apto para el congelador, separadas entre sí para que no se peguen. Tápalas con papel film o aluminio y mételas en el congelador. Cuando estén duras, puedes pasarlas a una bolsa de plástico o un tupper y guardarlas hasta 3 meses.
- Para congelar las albóndigas fritas, deja que se enfríen completamente sobre papel de cocina, para que absorba el exceso de aceite. Luego, colócalas en una bandeja o un recipiente apto para el congelador, separadas entre sí para que no se peguen. Tápalas con papel film o aluminio y mételas en el congelador. Cuando estén duras, puedes pasarlas a una bolsa de plástico o un tupper y guardarlas hasta 3 meses.
- Para congelar las albóndigas con la salsa, deja que se enfríen completamente y ponlas en un recipiente apto para el congelador, cubiertas con la salsa. Tapa el recipiente con papel film o aluminio y mételo en el congelador. Puedes guardarlas hasta 3 meses.
- Cómo recalentar las albóndigas con tomate
- Si tienes albóndigas con tomate congeladas o guardadas en la nevera, puedes recalentarlas de varias formas. Te damos algunas opciones:
- En el microondas: pon las albóndigas en un plato apto para el microondas y tápalas con papel film o una tapa especial. Caliéntalas a potencia media-alta durante unos minutos, hasta que estén calientes por dentro. Ten cuidado de no pasarte de tiempo, para que no se resequen ni se endurezcan.
- En el horno: pon las albóndigas en una bandeja apta para el horno y cúbrelas con papel aluminio. Caliéntalas a 180ºC durante unos 15 minutos, hasta que estén calientes por dentro. Si quieres que se doren un poco, puedes quitar el papel aluminio los últimos minutos.
- En la estufa: pon las albóndigas en una cacerola junto con la salsa de tomate y caliéntalas a fuego medio-bajo, removiendo de vez en cuando, hasta que estén calientes por dentro. Si la salsa está muy espesa, puedes añadir un poco de agua o caldo de carne para aligerarla.
Conclusión
Las albóndigas con tomate son un plato delicioso y reconfortante, que se puede servir como aperitivo, entrante o plato principal. Son muy fáciles de hacer y se pueden congelar para tenerlas listas cuando queramos. Además, se pueden variar el sabor y la textura según nuestros gustos y preferencias.
Esperamos que te haya gustado este artículo y que te animes a hacer tus propias albóndigas con tomate caseras. Si lo haces, no dudes en compartir el resultado con nosotros en los comentarios o en las redes sociales. También puedes enviarnos tus dudas, sugerencias o ideas para futuros artículos. Nos encantará saber de ti y ayudarte en lo que podamos.
Y si quieres aprender más recetas de albóndigas, te invitamos a visitar nuestro blog Extrasabor.com, donde encontrarás muchas ideas para sorprender a tu familia y amigos con este plato tan rico y tradicional. ¡Hasta la próxima!