Las croquetas de garbanzos son una forma diferente y deliciosa de consumir esta legumbre tan nutritiva y versátil. Se trata de unas bolitas rellenas de una masa de garbanzos cocidos mezclados con otros ingredientes, como patata, queso, jamón o verduras, que se rebozan y se fríen hasta quedar crujientes y doradas. Son perfectas para servir como aperitivo, entrante o acompañamiento de otros platos.
En este artículo te voy a enseñar cómo hacer croquetas de garbanzos de forma fácil y rápida, siguiendo la receta tradicional o dándole un toque original con especias y salsas. Además, te daré algunos consejos y trucos para que te queden perfectas y puedas disfrutar de este plato tan sencillo y sabroso.
¿Qué ingredientes necesitas para hacer croquetas de garbanzos?
Para hacer unas 30 croquetas de garbanzos necesitas los siguientes ingredientes:
- 400 g de garbanzos cocidos
- 1 patata grande
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- Perejil
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva virgen extra
- Huevo y pan rallado para rebozar
- Aceite para freír
Puedes variar los ingredientes según tus gustos o lo que tengas en la nevera. Por ejemplo, puedes añadir queso rallado, jamón picado, zanahoria cocida, espinacas salteadas, curry, comino, etc.
¿Cómo se hacen las croquetas de garbanzos paso a paso?
El proceso para hacer las croquetas de garbanzos es el siguiente:
- Lava la patata y córtala en trozos. Ponla a cocer en una olla con agua y sal durante unos 20 minutos o hasta que esté tierna.
- Pela y pica la cebolla y el ajo. Sofríelos en una sartén con un poco de aceite hasta que estén blandos y dorados.
- Escurre los garbanzos y ponlos en un bol grande. Añade la patata cocida y tritúralos con un pasapurés o un tenedor. Deja algunos garbanzos enteros para darle más textura a la masa.
- Añade la cebolla y el ajo sofritos, el perejil picado, sal y pimienta al gusto y mezcla bien. Prueba la masa y rectifica el sabor si es necesario.
- Deja enfriar la masa en la nevera durante una hora para que se endurezca un poco y sea más fácil de manejar.
- Forma bolitas con la masa y pásalas por huevo batido y pan rallado. Presiona ligeramente para que se adhiera bien el rebozado.
- Calienta abundante aceite en una sartén a fuego alto y fríe las croquetas por tandas hasta que estén doradas y crujientes por todos lados. Escurre el exceso de aceite sobre papel absorbente y sirve las croquetas calientes o templadas.
¿Qué otros consejos puedo seguir para hacer unas buenas croquetas de garbanzos?
Aquí tienes algunos consejos que te pueden ayudar a mejorar tus croquetas:
- Puedes usar garbanzos cocidos de bote o cocerlos tú mismo en casa. Si los cueces tú mismo, recuerda ponerlos a remojo la noche anterior con agua y una pizca de bicarbonato para que se ablanden más rápido.
- Puedes usar la patata que más te guste o sustituirla por otro tubérculo como el boniato o la batata.
- Puedes humedecer tus manos con agua o aceite para que la masa no se te pegue al formar las bolitas.
- Puedes usar el pan rallado que más te guste, pero te recomiendo que uses uno grueso o panko, que es un tipo de pan rallado japonés que queda muy crujiente.
- Puedes dejar las croquetas rebozadas en la nevera durante una hora antes de freírlas para que se endurezcan un poco y no se deshagan al freír.
- Puedes freír las croquetas en aceite de oliva virgen extra suave o en aceite de girasol, pero asegúrate de que el aceite esté bien caliente y de no freír demasiadas croquetas a la vez para que no se bajen la temperatura del aceite y queden aceitosas.
- Puedes hacer las croquetas al horno en lugar de freírlas si quieres una opción más saludable. Solo tienes que colocarlas en una bandeja forrada con papel vegetal, rociarlas con un poco de aceite en spray y hornearlas a 200ºC durante unos 15-20 minutos, dándoles la vuelta a mitad de cocción, hasta que estén doradas.
¿Con qué puedo acompañar las croquetas de garbanzos?
Las croquetas de garbanzos son un plato muy versátil que puedes acompañar con lo que más te guste. Aquí te doy algunas ideas:
- Una ensalada fresca de lechuga, tomate, pepino y cebolla.
- Unas salsas para mojar, como mayonesa, alioli, salsa de yogur, salsa de tomate, salsa brava, etc.
- Unos palitos de zanahoria, apio o pepino para darle un toque crujiente y refrescante.
- Unos panecillos o tostadas para hacer bocadillos o montaditos.
- Unos huevos fritos o revueltos para darle un toque de proteína.
- Unos pimientos asados o confitados para darle un toque de color y sabor.